El lado salvaje fuera de la cancha de Dennis Rodman irrumpió en la cultura de la NBA en la década de 1990. Su relación con Madonna en 1994 llevó las cosas al extremo cuando el jugador empezó a ser noticia por su vida social.

Años más tarde de la conflictiva relación entre Dennis Rodman y Madonna, Phil Jackson arrojó luz sobre los intrincados detalles detrás de las acciones de Rodman. En sus memorias, "Eleven Rings: A Soul of Success", el ex entrenador en jefe de los Chicago Bulls reveló algunas anécdotas desconocidas.

“La mayoría de los jugadores desarrollaron un cariño por Dennis de inmediato. Pronto se dieron cuenta de que toda su teatralidad fuera del escenario (los aros en la nariz, los tatuajes, las fiestas nocturnas en bares gay) eran parte de un acto que había creado, con la ayuda de Madonna, para llamar la atención”, reveló Phil Jackson en su libro.

Posteriormente, arrojó luz sobre la verdadera naturaleza del personaje de Dennis Rodman, describiéndolo como “simplemente un chico tranquilo de Dallas” y defendiéndolo de la imagen que el mismo quería dar. Phil Jackson también aplaudió cómo el cinco veces campeón estaba dispuesto a llegar a cualquier distancia para triunfar.

Phil Jackson era una de las pocas personas cercanas a Dennis Rodman que sabía que toda la pompa superficial y el desenfreno que mostraba la estrella de los Bulls era un intento de sentirse vivo y aceptado. Dennis Rodman tuvo una infancia difícil y apenas recibió el amor que un niño merece por parte de sus padres. Esto lo impulsó a explorar caminos extraños en busca de significado y aceptación.