Scott Pollard jugó 11 temporadas en la NBA y fue campeón en 2008 con Boston Celtics, título luego del cual se retiró. Dieciséis años después, sus esfuerzos no tenían nada que ver con el básquet: Pollard necesitaba recibir un trasplante de corazón urgente. Finalmente lo consiguió y se lo vio feliz en un video donde anuncia que es dado de alta.

Pollard, que jugaba en la posición pívot y era conocido por sus excéntricos looks y peinados, mide 2,11. No fue para nada sencillo hallar un corazón lo suficientemente grande como para ayudar a una persona de esa estatura y su familia estaba muy preocupada. Hace 13 días, recibió la noticia de que efectivamente existía uno que podría salvarle la vida e ingresó al Vanderbilt Transplant Center de Nashville, Tennessee, del cual salió ayer.

“No le valdría a nadie más, a una persona de tamaño normal. Para mí, fue una gran suerte que hubiera fallecido un hombre grande y con un corazón sano, aunque entiendo la tragedia que le tocó vivir a la familia al perder a su ser querido”, dijo.

El gigante está recuperado de un trastorno que hacía que su corazón latiera 10.000 veces más de lo normal como consecuencia de una afección provocada por un virus años atrás. Luego de fracasados intentos con medicamentos, procedimientos e incluso un marcapasos, llegaron a la conclusión de que el trasplante era la única soluciónpara salvar la vida de Pollard.

Antes de su partida, se vio un video donde el ex Sacramento Kings e Indiana Pacers recorre el pasillo del hospital, alegre y bromeando, hasta tocar una campana con cuyo sonido se indica que un paciente es dado de alta. Los médicos y enfermeros aplaudían su caminata y Pollard “bailaba” de alegría. Más tarde, el ex pívot confesó: “No me di cuenta de lo enfermo que estaba. Despertar de una operación así y sentirme mejor fue como: `Vaya. Estaba enfermo´”.

Mira la salida de Pollard del hospital

El ex Celtics toca la simbólica campana entre risas (Vía: X).