Intae Hwang, el curioso camino del primer árbitro no estadounidense de la NBA
Intae Hwang, nacido en Corea del Sur, se convirtió en el primer comisionado no estadounidense de la NBA; de dónde surge su pasión, su metodología y una cómica anécdota.
Todavía no existía la liga de básquet coreana, ni se transmitían partidos de NBA en su país. Pero, una tarde, un joven Intae Hwang, de 13 años, se cansó de esperar su turno para jugar al fútbol y decidió “desempolvar” un aro de básquet que estaba abandonado en una esquina del polideportivo. Allí nació su gusto por el deporte de Michael Jordan y LeBron James. El mismo que se acrecentó unos años más tarde, luego de que, quien hoy es el primer árbitro nacido fuera de Estados Unidos en dirigir en la NBA, fuese humillado.
Ya en la Universidad de Estudios Extranjeros de Busan, un compañero suyo, que resultó ser árbitro amateur, le tomó, de improviso, una prueba sobre reglas del baloncesto. Fue tal la humillación que sufrió Intae Hwang al ser incapaz de contestar, que regresó a su casa y, en pocas semanas, se sabía de memoria el reglamento completo. Y consideró, por primera vez, hacer de ello, su profesión.
Pero no fue fácil para quien dirigió KBL, Juegos Olímpicos, Copas del Mundo. Monty McCutchen, jefe de desarrollo y entrenamientos de la NBA, luego de ver la performance de Hwang en el Mundial de 2019, comenzó a pensar la posibilidad de “empezar a sumar árbitros internacionales”. Entonces, lo llamó y le hizo una propuesta. No podía garantizarle trabajo a tiempo completo, pero sí lo invitó a ser parte de las capacitaciones y le ofreció un salario que le permitiría dirigir encuentros esporádicos de G-League y WNBA.
McCutchen no sabía qué respuesta recibiría. Pero Hwang fue determinante: viajó 11.000 kilómetros y se instaló con su esposa y sus dos hijos en Nueva Jersey. “Si cualquier árbitro en el mundo recibe una carta de la NBA, decidirá venir sin siquiera leerla. Yo no lo dudé ni un segundo”, explicaría luego.
En sus tres años de trabajo, sus colegas destacan la dedicación y minuciosidad del nacido en Corea del Sur. Hwang llegó a considerar el arbitraje “una adicción”. Mira hasta cinco veces el mismo encuentro y no escapa a ningún detalle. Además, custodia su vínculo con colegas y jugadores y su excelencia laboral: sabe cinco idiomas, no negocia su entrenamiento físico, asiste a todas las reuniones y completó en 18 meses un programa que la NBA, estima, dura 3 años. Un dedicado; y tuvo su premio. Este año, ante una vacante en la liga, Hwang fue nombrado árbitro a tiempo completo de la NBA para la temporada 2023-24.
Vivió una curiosa anécdota esta pretemporada. Llevó a sus hijos a un partido que él dirigía y un grupo de aficionados estadounidenses gritaba al lado de ellos: “Árbitros, son mierda”. Los niños, que no entienden inglés, se sumaron a los cánticos creyendo que alentaban. Su padre los oyó y no pudo contener la risa. Cómicas situaciones que surgen al ser el primer árbitro extranjero de la NBA. Humilde, Intae Hwang se describe a sí mismo:
“No soy una estrella de nada, apenas un árbitro. Un actor secundario de un deporte hermoso”.
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