El último martes una leyenda de la NFL y miembro del Salón de la Fama, Brett Favre, reveló que padece parkinson y cómo transita su diaria lucha contra la enfermedad. La noticia conmovió a todos los fanáticos del fútbol americano y antes de que se la pudiera asimilar, otro antiguo jugador de la liga como Tommy Kramer contó su realidad, que llegó como otro bombazo: fue diagnosticado con demencia.

Kramer, que fue el quarterback de Minnesota Vikings en la década del 80 y acumuló 24.777 yardas en 14 años en la NFL, además de 159 pases de touchdown y 158 intercepciones, se sinceró en redes sociales:

“Me diagnosticaron demencia hace poco más de un año en la Clínica Cleveland de la NFL. Los médicos dicen que podría tener entre dos y 10 años para el deterioro, recién me hice un chequeo anual y no ha avanzado y he estado sobrio durante casi un año, lo que definitivamente ayudará”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la demencia como un síndrome que puede deberse a una serie de enfermedades que, con el tiempo, destruyen las células nerviosas y dañan el cerebro, lo que generalmente conduce al deterioro de la función cognitiva. El ex jugador de 69 años se mostró muy agradecido con la NFL por su solidaridad y valoró los cambios en las reglas que tienen como finalidad proteger a los mariscales de lesiones que puedan afectar su “calidad de vida en el futuro”.

Según Kramer, que en 1990 dejó el deporte profesional mientras representaba a New Orleans Saints, el miembro del Salón de la Fama que brilló con los Green Bay Packers, Brett Favre, fue fundamental para que reuniera coraje y develara su situación. “Con el anuncio de Brett Favre me sentí motivado a que todos supieran mi diagnóstico”, dijo, luego de que el de 54 años le contara al mundo su lucha contra el parkinson. Un nuevo caso de jugadores que sufren grandes secuelas una vez retirados. El segundo en solo unos días.

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