En 2015, la leyenda de la NBA, Shaquille O'Neal reveló cuál fue el mejor regalo de Navidad que le dieron en su vida. Durante una entrevista con Graham Bensinger, O'Neal recordó una conmovedora historia de su infancia que involucró a su difunto padre, Phillip A. Harrison. Shaq afirmó que anteriormente había visto a su padre pedir dinero prestado para conseguir regalos de Navidad para su familia. Recientemente, O'Neal compartió un clip en su Instagram recordando este momento.

Mira el emotivo momento:

Shaq contó que estaba convencido de que no recibiría un regalo de Navidad. "Si el dinero escaseaba, me hacía a un lado y me decía: Gran hombre, tengo que cuidar de tus hermanas, voy a conseguir las Barbies y las casas de Barbie que quieren, me estoy quedando corto", reveló Shaq.

Sin embargo, en esta ocasión en particular, Phillip A. Harrison le dio a Shaq lo que resultó ser el mejor regalo de Navidad que jamás haya recibido. “Una mañana, todos estaban abriendo regalos y pensé: No iba a recibir ningún regalo y él abrió la puerta: Vamos a jugar a la pelota. Boom, y había una pelota del Dr. J, Julius Erving”, dijo Shaq, obviamente conmovido.

Su padre no solo le regalo el balón de Julius Erving, sino que también lo llevó a un partido de los Knicks, algunas semanas después. “El mejor regalo que me dio fue una pelota del Dr. J autografiada. Julius Erving era mi hombre. Un par de semanas después de eso, consiguió algunas entradas para los Knicks. El Dr. J. va desde la línea de base y lo lanza, la multitud se vuelve loca, fue entonces cuando dije bueno, esto es lo que quiero hacer”, dijo, antes de revelar que la experiencia lo cambió por completo.

Un joven O'Neal no podía creer cuánto amor recibió Julius Erving durante el partido. Shaq inmediatamente se decidió a estar algún día en la misma posición.

Por lo tanto, su padre no solo le dio el mejor regalo de Navidad que Shaq haya recibido, sino que el juego que vio también lo influyó en gran medida. O'Neal de repente fue un hombre diferente y se volvió aún más decidido a asegurarse de llegar también a la NBA, algún día.