Desde chico llamó la atención por su altura, dado que a los 12 años superaba los 2,20 metros. Su padre había sido jugador de básquet y sus 2,17 metros indicaban que el hijo, probablemente, también se dedicaría a tirar al aro. Lo hacía bien y soñaba con jugar algún día en la NBA. Lo que Robert Bobroczky seguramente nunca imaginó es que a los 23 años sería el villano de una película de Hollywood: Alien: Romulus. La historia del atleta que terminó en los cines luego de sus problemas de salud.

En la preadolescencia, su talento y sobre todo su altura hicieron que lo fichara el Instituto Spire en Ohio y allí comenzó su camino como jugador. Pero, como contracara, dormía en una cama especial de 2,5 metros porque no entraba en las ordinarias y sufría hasta para comer, dada la altura de las mesas. Todo le costaba y era desafiante. Sus 2,31 metros le trajeron escoliosis y problemas de salud que limitaron su desarrollo y el jugador rumano nunca pudo llegar a la NBA. Pero se repetía a sí mismo una frase de su padre:

“Vos podés elegir: tu altura puede ser una bendición o una maldición, depende de vos”.

Y con esa mentalidad abrió sus horizontes. Por eso, el año pasado, el director de cine uruguayo Fede Álvarez lo sumó al elenco de la película de Hollywood Alien: Romulus para que interpretara al villano de la ciencia ficción. “La primera vez que vi a Robert en su traje, fue aterrador”, recordó Daniel Macarin, supervisor de efectos visuales de la película, en una entrevista con Variety. “Hicieron un trabajo increíble con la apariencia y la sensación de ese personaje, y sabíamos que todo lo que aportara Robert iba a realzar la experiencia visual”.

El personaje de “The Offspring” es un híbrido entre un humano y un Xenomorfo y Bobroczky recibió buenas críticas por su papel. “El tamaño y los movimientos de Robert le dieron una dimensión única al monstruo, algo que nunca antes habíamos visto en la saga”, dijo Ludovic Chailloleau, supervisor de animación. La película fue exitosa en los cines y convirtió a Robert Bobroczky en un destacado actor de reparto. No triunfó en la NBA, como siempre soñó, pero se volvió una estrella de Hollywood. El camino del rumano de 24 años es un reflejo de su filosofía de vida, en la que siempre debió ingeniárselas para entrar en lugares pequeños incómodos: “Hay que saber adaptarse, eso es lo que importa”, sostiene. 

Así era Bobroczky a los 16 años