Canelo Álvarez ajusta su reloj biológico para defender su reinado en Arabia
El púgil mexicano se enfrenta a un desafío poco habitual: pelear fuera del continente americano.
La carrera de Saúl “Canelo” Álvarez ha estado marcada por grandes estadios, luces brillantes y combates en horario estelar para el continente americano. Sin embargo, esta vez el escenario cambia por completo: el mexicano peleará por primera vez en Arabia Saudita, un territorio desconocido que impone condiciones muy distintas a las habituales.
Más allá del rival —el cubano William Scull— el contexto presenta un reto singular: el combate fue programado para que coincida con el prime time mexicano, lo que significa que en Arabia Saudita ocurrirá en plena madrugada. Esto obligó a Álvarez a modificar sus horarios naturales, durmiendo durante el día y entrenando en la madrugada, en una dinámica poco común en el boxeo profesional.
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La elección del lugar no es casual. Arabia Saudita busca posicionarse como nueva capital del deporte de élite, invirtiendo millones en eventos internacionales. Canelo, como figura global, no escapa a esta lógica y su presencia allí responde también a una estrategia mayor que excede lo estrictamente deportivo. Se trata de una jugada donde el negocio, la proyección internacional y la geopolítica del deporte se entrelazan.
Un contexto global que lo cambia todo
La pelea entre Canelo y Scull no ocurre en el vacío. Arabia Saudita se ha convertido en un polo de atracción para deportes como el boxeo, el golf y la Fórmula 1, en un intento por reformular su imagen en el escenario global. Que el mexicano más dominante de la última década se sume a esa ola, confirma el interés mutuo: el país obtiene visibilidad y el boxeador, una plataforma inédita.
Mientras tanto, Álvarez debe resolver un problema tan humano como físico: el jet lag. Adaptar el cuerpo a un nuevo huso horario en solo tres semanas requiere precisión, compromiso y un control riguroso de todos los aspectos del entrenamiento. En un deporte donde los segundos definen carreras, dormir bien o mal puede ser tan determinante como un golpe certero.
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Con la mirada puesta en recuperar el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo, Canelo se prepara para algo más que una pelea: se enfrenta al desafío de mantenerse vigente en un entorno que cambia, en un mundo del boxeo cada vez más globalizado, y ante una audiencia que no solo espera victorias, sino gestos de adaptación y liderazgo.
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