Dominar el peso muerto: técnica correcta para fortalecer sin lesionarse
La clave del éxito está en ejecutar cada repetición con control y conciencia corporal.
El peso muerto es uno de los ejercicios más efectivos para trabajar los glúteos, la zona lumbar y toda la cadena posterior del cuerpo. Sin embargo, su aparente simplicidad esconde una técnica precisa que, si se realiza mal, puede provocar lesiones en lugar de beneficios. Por eso, es fundamental entender cómo se debe ejecutar correctamente antes de sumar carga o repetir sin control lo cual puede perjudicar tu salud.
Uno de los errores más comunes es confundir el peso muerto con una sentadilla. En lugar de flexionar las rodillas, como suele suceder entre principiantes, el movimiento debe centrarse en empujar las caderas hacia atrás manteniendo las piernas casi rectas y la espalda siempre alineada. Esta distinción no solo mejora la eficacia del ejercicio, sino que protege la zona lumbar, una de las más sensibles al mal manejo de peso.
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Consejos clave para ejecutar el movimiento
Para empezar, el calzado cumple un rol fundamental. Usar zapatillas con suelas altas o acolchadas puede desequilibrar el cuerpo. Lo ideal es entrenar descalzo o con calzado plano, que permita sentir el suelo y repartir bien el peso del cuerpo. Así se mejora la estabilidad, la postura y la seguridad en cada repetición.
La posición inicial también importa: los pies deben estar separados a la altura de las caderas, la barra o el peso muy cerca del cuerpo, y la mirada al frente para evitar curvar la espalda. En la bajada, se debe sentir cómo las caderas se desplazan hacia atrás, como si se intentara tocar una pared imaginaria, y no hacia abajo, como en otros ejercicios.
Esta es la mejor manera de hacer peso muerto
Otro aspecto esencial es elegir una carga adecuada. No se trata de levantar mucho peso desde el principio, sino de encontrar un punto de desafío que permita mantener el control del movimiento sin perder la técnica. El ritmo lento, controlado y consciente es lo que asegura los resultados a largo plazo.
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Incorporar peso muerto a la rutina semanal puede marcar la diferencia en el fortalecimiento de glúteos y espalda baja. Pero más allá del esfuerzo, lo que verdaderamente garantiza los beneficios es la calidad del movimiento. Aprender a hacerlo bien no solo mejora la postura y el tono muscular, sino que también evita molestias innecesarias en la zona lumbar.
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